MI EMPLEO MI FUTURO

En esta entrada redactaré un resumen sobre dos vídeos que hablan sobre un problema actual y al final daré mi opinión personal acerca del tema. 


¿Cómo crees que será el futuro?


Hay quienes piensan que el mundo va a mejor, que dentro de 10 años habremos podido erradicar la pobreza o que las desigualdades serán cosa del pasado. Por otro lado, hay muchos otros que opinan que habrá una mayor brecha entre los países desarrollados y en vías de desarrollo, que habrá un mayor porcentaje de gente pobre que rica o que el número de personas con acceso a la sanidad será menor. Sin embargo, mirando gráficas y datos, podemos darnos cuenta que en los últimos 200 años hemos avanzado (y mucho). En 1960, el 60% de la población vivía en una pobreza extrema, mientras que en la actualidad solo el 10% vive en esta situación. Poco más del 50% de los jóvenes tenía acceso a una educación básica, hoy en día el porcentaje ha subido hasta un 86%. 20 de cada 100 niños morían antes de los 5 años, en el presente, estos datos han bajado a un 4%. Entonces, si todo apunta a que estamos mejorando, ¿por qué creemos que el mundo va a peor? 


Los expertos lo llaman “pesimismo social”, cuando no sabemos algo sobre el mundo, nuestro cerebro tiende a pensar que estamos igual o incluso peor que ayer. Pero ya hemos visto que el mundo ha mejorado, y la siguiente pregunta es, ¿por qué? La respuesta está en las REVOLUCIONES INDUSTRIALES


La primera revolución fue la de la creación del motor a vapor, seguida de la electricidad. La tercera fue la de los ordenadores, que supuso un gran cambio en la forma de trabajar de la época. Antes de esta revolución había artesanos que realizaban todo el proceso, pero con la aparición de las máquinas, los trabajadores se empezaron a especializar en distintas áreas. Esto produjo que se acelerara la producción y, a su vez, hubo un aumento en la cantidad de productos que se fabricaban. Bajaron los precios y esto se tradujo en un aumento de la calidad de vida, la gente empezaba a vivir más. Las revoluciones industriales trajeron una idea, la del CÍRCULO VIRTUOSO. Al aumentar la producción había que contratar a más trabajadores, por lo que subían los sueldos y aumentaba el consumo. Las empresas obtenían un mayor beneficio, y así, el círculo continuaba. Esto dio lugar a una nueva clase entre los pobres y los ricos: la CLASE MEDIA. Gracias a ella, los trabajadores tenían la oportunidad de conseguir mejores puestos subiendo poco a poco por esa escalera que se había creado. Sin embargo, hay quienes se dieron cuenta que trasladando las fábricas a países donde la mano de obra fuera más barata, obtendrían las mismas ganancias, pero sin la necesidad de gastar tanto en sus trabajadores. A esto se lo llamó DESLOCALIZACIÓN. Afortunadamente, esto sucedió a la vez que el boom de los servicios, que contrató a todas esas personas que se habían quedado en el paro.


 


Actualmente, estamos entrando en la cuarta revolución industrial. Durante las anteriores, el trabajo era especializado y repetitivo, mientras que ahora se le añade otra característica más, la de datos. Hoy en día todo está conectado mediante internet, todos nuestros aparatos electrónicos pueden sacar muchísima información de nosotros. A esto se le llama el INTERNET DE LAS COSAS. Para procesar todos estos datos hemos tenido departamentos de contabilidad, marketing, mantenimiento… En cambio, ahora hay máquinas que pueden hacer ese trabajo por nosotros: tienen las características antes nombradas y además, obedecen ciegamente y no cobran ni descansan. Esto supone un gran problema para el 36% de los españoles: su trabajo puede ser sustituido por estos aparatos, llamado como AUTOMATIZACIÓN DEL TRABAJO. Esto también se traduciría en el fin de la clase media y en la destrucción de 75 millones de empleos (aún así, se estima que se crearán 133 millones de empleos). Los más afortunados tendrían la oportunidad de ir a la universidad, pero la gran mayoría de la clase media no puede costearse eso y acabaría realizando trabajos precarios. Esto supondría una gran POLARIZACIÓN, la división entre pobres y ricos de nuevo.


 


Además, el sistema educativo actual no ayuda. Nuestra educación se basa en especializarnos en una sola cosa, hacer ejercicios repetitivos, aprender datos de memoria y cumplir órdenes. A pesar de eso, los diferentes estudios sobre el cerebro humano demuestran que necesitamos emociones (para aprender mejor y poder relacionarnos con los demás), que somos capaces de responder ante lo impredecible (cosa que la inteligencia artificial no puede hacer), que podemos cruzar varios campos (el cine por ejemplo es el cruce entre la electricidad, la fotografía y el sonido) y por último, nos caracterizamos por utilizar el pensamiento crítico. Somos capaces de hacer infinidad de cosas que las máquinas no pueden hacer, pero también hay que admitir que hay áreas en las que nos superan. Entonces, ¿por qué nos esforzamos en ser como ellas? Deberían educarnos para ser humanos en vez de para ser robots cutres.


 


Esto supone un gran problema para nuestra generación futura y no vemos a nadie hablar de él. La razón por la que esto es así es llamada como la VENTANA DE OVERTON. Es una teoría que dice que en cada época solo hay espacio para debatir una cierta cantidad de temas. Y es que el asunto que estamos comentando explotará en unas décadas, ahora mismo no le interesa a los políticos. La mayoría de la población actual es mayor de 40 años y una gran minoría es gente joven. Es por eso, que hoy los políticos buscan votos en la gente mayor, a los que no les afecta de forma directa este tema. Además, cuando un partido empieza a hablar sobre un tema se tiende a la POLITIZACIÓN y eso supone un gran problema. 


En mi opinión, la ciencia y la inteligencia artificial son el futuro. No podemos negarlo, debemos avanzar y no tenerles miedo. Hemos visto que los seres humanos somos capaces de hacer cosas increíbles, y, ¿por qué no hacerlo con la ayuda de aparatos que nos hagan la tarea más fácil? Las máquinas nos hacen falta y pueden hacernos llegar muy lejos. No sabemos cómo será la tecnología en el futuro, pero lo que sí podemos predecir es cómo seremos nosotros, cómo será la gente del futuro. Entre unos y otros nos complementamos, es una habilidad que solo el ser humano posee. Utilicémosla y miremos al futuro de frente, unidos y con ganas de comernos el mundo. Porque la pregunta que tenemos que hacernos no es cómo creemos que será el futuro, es:


¿Cómo te gustaría que fuera el futuro?






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